Una experiencia personalizada para cada usuario

Tarjetas RFID: personaliza tu experiencia

Smart Museums: ¡Bienvenidos a los museos del futuro!

La interactividad es uno de los conceptos clave para entender cómo serán las exposiciones culturales y científicas en los próximos años. Los visitantes no quieren ser meros espectadores, quieren vivir una experiencia única y construir su propia realidad.

Es por esto que cada vez más toma fuerza el concepto de Smart Museum. Esta tendencia pretende convertir al visitante en el centro neurálgico de la exposición. Esto es posible gracias al imparable desarrollo de Internet y de las nuevas tecnologías.

Una de las formas de interacción más eficaces es el sistema de Identificación por Radio Frecuencia o RFID (Radio Frecuency Identification). Este mecanismo permite almacenar y recuperar datos de forma remota a través de ondas de radio, es decir, sin necesidad de contacto.

Pero para entender mejor su funcionamiento, veamos cómo desde Indissoluble hemos integrado esta tecnología en la exposición que hemos desarrollado para CosmoCaixa: “Talking Brains: Programados para hablar”.

Tarjetas RFID para seleccionar el idioma del contenido de la exposición

En la entrada, el visitante debe tomar su primera decisión: seleccionar una de las cinco tarjetas disponibles. Puede elegir entre francés, inglés, catalán, castellano y lengua de signos catalana. Al acercar esta tarjeta a los lectores de las distintas instalaciones su contenido audiovisual y multimedia se mostrará en el idioma seleccionado.

El sistema RFID ofrece información extra al usuario

Pero este sistema de identificación por radiofrecuencia no sólo puede aplicarse a las tarjetas que determinan el idioma. La tecnología RFID puede integrarse a cualquier tipo de objeto gracias a su reducido tamaño.

Por ejemplo, en la sala de los homininos de Talking Brains el australopithecus, el homo erectus o el neanderthal tienen asociadas varias reproducciones de objetos de su vida cotidiana. 

Cada uno de estos objetos tiene un RFID integrado y, al acercarlo al sensor, se activa una animación que muestra información adicional sobre el hominino en cuestión.

Pero además de acceder a contenido extra, el usuario, gracias a la tecnología RFID, puede grabar digitalmente su experiencia. Cuando el visitante ha terminado el recorrido puede indicar en una pantalla táctil su correo electrónico. Así, el resultado de sus interacciones con los módulos de la exposición que lo permiten se enviarán a su cuenta de correo.

Los Smart Museums aprenden de las experiencias de los visitantes

Pero esta tecnología no es solo útil para el usuario. También el museo puede obtener información muy valiosa para mejorar la experiencia de sus visitantes. Gracias al sistema RFID se graba la actividad realizada por cada persona a lo largo del recorrido. Así, los responsables del museo pueden saber qué opción es la más popular entre el público, con qué instalaciones interactúa más o cuánto tiempo le dedica a cada módulo de la exposición.

La única finalidad de toda esta tecnología es conseguir una experiencia realmente personalizada, inmersiva e interactiva. Puedes visitar la exposición Talking Brains, en CosmoCaixa Barcelona, para conocer de primera mano cómo funciona un Smart Museum. A partir del año 2018 será itinerante por distintos CosmoCaixa españoles para después ir a otros destinos internacionales.

¡Bienvenidos al museo del futuro!

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